jueves, 12 de enero de 2012

TAFUR ACLARA A A.M.

EN SU EDICIÓN DE HOY 12-02.2012 JUAN CARLOS LE DA DURO A A.M.
A sabiendas de la aridez neuronal de Alditus y en vista de haberse demorado días en responder una crítica nuestra, pensamos que quizás algún amigo lo iba a ayudar a pergeñar algunas líneas inteligentes o al menos ingeniosas. Sin sorpresa, vemos que no puede librarse de los lugares comunes, de las frases trilladas y de una plantilla mental impregnada de puerilidad suprema.

Sabíamos que su tracto intestinal funcionaba más velozmente que sus sinapsis neuronales –aunque terminan produciendo lo mismo-, pero esta vez debemos confesar que nos ha decepcionado, lo cual ya es bastante decir.

Alditus cree que su casi inexistente biografía lo protege, pero aunque breve, la suya es más que ilustrativa. Fujimorista convicto y confeso, sufría por no tener dónde desparramar sus adjetivos. Lo consiguió parcialmente en El Comercio como jefe de Economía, hasta que lo botaron por maltratar al personal femenino (saque usted amigo lector sus propias conclusiones).
El líder de opinión de la derecha bruta y achorada, Aldo Mariátegui, nos ha dedicado su columna de ayer. Por supuesto, fiel a su estilo, abunda en mentiras e insultos. Las primeras ni siquiera vale la pena aclararlas (su poca credibilidad nos exime de ello), pero sus insultos gratuitos sí merecen ser correspondidos. Un cobarde, así se disfrace de matoncito, necesita que le den siempre su vuelto.

A sabiendas de la aridez neuronal de Alditus y en vista de haberse demorado días en responder una crítica nuestra, pensamos que quizás algún amigo lo iba a ayudar a pergeñar algunas líneas inteligentes o al menos ingeniosas. Sin sorpresa, vemos que no puede librarse de los lugares comunes, de las frases trilladas y de una plantilla mental impregnada de puerilidad suprema.

Sabíamos que su tracto intestinal funcionaba más velozmente que sus sinapsis neuronales –aunque terminan produciendo lo mismo-, pero esta vez debemos confesar que nos ha decepcionado, lo cual ya es bastante decir.

Alditus cree que su casi inexistente biografía lo protege, pero aunque breve, la suya es más que ilustrativa. Fujimorista convicto y confeso, sufría por no tener dónde desparramar sus adjetivos. Lo consiguió parcialmente en El Comercio como jefe de Economía, hasta que lo botaron por maltratar al personal femenino (saque usted amigo lector sus propias conclusiones).

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